El Liverpool arrasa Oporto y ya mira hacia el Camp Nou

El equipo de Klopp, con goles de Mané, Salah, Firmino y Van Dijk, rubrica su pase a una semifinal donde jugará la vuelta en Anfield. Una cita con Leo Messi, el gran dominador de esta Champions, excita como ninguna otra a Jurgen Klopp. Así que con un mínimo de angustia, como la vivida ayer en Oporto, el Liverpool pudo asegurarse 180 minutos de pasión ante el Barcelona. La gestión de esas turbulencias pareció pan comido para los futbolistas reds. El abordaje al Camp Nou, donde dentro de tres semanas se disputa la ida de las semifinales, supone el mejor estímulo para su técnico.

La de ayer fue una presentación impropia para un equipo que guarda legítimas razones para considerarse aspirante. A cada silbido de Conceiçao desde la zona técnica, el Oporto iba aunando voluntades. A cada rato, más cerca del gol. Cada vez, con más ganas. Una lluvia de balones hacia su delantero, una búsqueda constante de la segunda jugada, una intensidad, en definitiva, acorde a la trascendencia del partido. Tras dos fallidos remates de Marega, de cuyas descomunales espaldas intentaba colgarse Van Dijk, fue Corona quien de verdad alborotó el sistema nervioso de Klopp.

El técnico, inmerso en una durísima pugna con el City por la Premier, había optado por un once sin Firmino, muy castigado por el calendario, y sin Joe Gomez, recién salido de una lesión. Con tres recientes precedentes ante los ‘dragones’, resueltos sin un solo gol en contra, cualquiera hubiese hecho algo parecido. Sin embargo, lo que nadie en el cuerpo técnico de Klopp puede tolerar es el deplorable aspecto de su equipo en la media hora inicial. Por supuesto que este Liverpool viene demostrando un manejo de recursos defensivos más allá de la infatigable presión en campo rival. Tan cierto como que otro rato de desastre similar en el Camp Nou significa la eliminación.

VAR PARA EL 0-1

El futuro del Liverpool en la Champions, una temporada más, queda ligado a lo que sumen a partir de ahora Salah y Mané. Un binomio que puede cambiarlo todo con un simple zarandeo. En O Dragao, justo cuando arreciaba el aguacero, se encontraron en el área y ni los árbitros entendieron lo que pasó. Tras el banderazo inicial del juez de línea, el VAR daba validez al 0-1. Un varapalo terrible en la autoestima del Oporto. Sólo el descanso podía insuflar algo de esperanza al campeón portugués. Si no la gesta, al menos un poco de esperanza para su pulso liguero con el Benfica.

Dispone de buenos recursos el Oporto, que este verano verá partir a Militao, Herrera o Brahimi. El flamante zaguero del Real Madrid convenció ayer desde su destierro en el lateral derecho. El volante mexicano volvió a dejar constancia de su tremendo despliegue y el ex del Granada, el más discreto anoche, puede hacer al fin fortuna en la Premier, el torneo que mejor se adecua a sus facultades. Allí puede verse de nuevo frente con este Liverpool, cada vez más contenido y menos vertiginoso.

EL ‘9’, TRAS EL DESCANSO

Por primera vez desde 2008, Anfield acogerá una semifinal de Champions por segunda temporada consecutiva. Un escenario de máxima exigencia para un Barça cada vez más acostumbrado al pragmatismo. Antes de nada, Valverde debe negar los espacios a Salah, Mané y Firmino.

El brasileño, con su incorporación tras el descanso, dejó la enésima muestra de su talento. Suyo fue el inicio de la jugada del 0-2, con el pase exacto de Alexander-Arnold para el ‘9’ egipcio, implacable en el mano a mano ante Casillas. Suyo también el testarazo del 1-3, con una asistencia de Henderson desde el perfil diestro. Entre medias, el consuelo de la honrilla para Militao tras un saque de esquina botado por Telles.

Fuente: www.elmundo.es/deportes

Jorge perez Castro

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