¿POR QUÉ LA ECONOMIA COLOMBIANA CRECIÓ EN UN 27.1% EN EL SEGUNDO TRIMESTRE DE 2021, A PRECIOS CORRIENTES?

Por: Jorge Vergara Carbó

 

En Colombia, las estadísticas económicas y sociales las maneja el DANE, una entidad técnica y de las pocas a destacar en este gobierno. Hoy la información fluye más y en un menor tiempo al que estábamos acostumbrados. Eso es importante para un país: poder contar con información oportuna, completa y confiable. Pero, sobre todo, abierta y permanentemente disponible. Basta entrar a Google, o cualquier otro buscador, escribir la palabra DANE para obtenerla en cualquier momento y desde cualquier dispositivo electrónico.

 

El crecimiento de una economía se mide por la producción de bienes y servicios durante un año.

Cada tres meses, el DANE da a conocer las cifras del PIB, reportados por los sectores productivos y por los demandantes de esos bienes y servicios. Es decir, se mide por la producción y por el gasto.

Para determinar cuál fue el crecimiento o decrecimiento de una economía, se comparan los trimestres del año actual con los resultados de los mismos trimestres del año anterior.

 

El crecimiento del segundo trimestre del 2021, fue del 27.1%, y se debe fundamentalmente a que se lo comparó con un segundo trimestre que estuvo afectado por la pandemia, cuyo decrecimiento fue del (-15.7%).

 

El PIB del segundo trimestre de 2020, a precios corrientes corregidos, fue de $221 billones, unos US$59.162 dólares. En el año 2021, fue de $281 billones, unos US$70.972 dólares. Su crecimiento fue del 27.1%.

 

La Producción.

 

Seguimos siendo un país exportador de productos primarios, cuyo precio de exportación depende de los grandes monopolios mundiales que son los que imponen el precio. Seguimos teniendo un nivel de exportaciones bajo, que depende del sector minero principalmente.

 

Veamos cómo, desde el punto de vista de la Producción, los sectores que más crecieron fueron: Minas 93.3%; Actividades Artísticas 87%; Comercio 47%; Industria 44.3%; Construcción 25%; Agricultura 20.3%; Servicios Personales 18.6%, y Servicios Públicos y otros 15.1%.

 

En términos Monetarios, los sectores que más contribuyeron al PIB, en billones de pesos, fueron: Minas y Canteras $145, con el 51.6% del PIB; le sigue Comercio con $45.6, el 16.2%; en tercer lugar, Administración Pública $43.4, el 15.4%; Industria con $31.6, el 11.2%; Agricultura con $22.5, un 0.08%; Construcción con $13.5, un 0.05%; Servicios Profesionales con $19.1; el 0.07%. La sumatoria de estos sectores es del 94.6%. El sector financiero contribuye con el 0.046%.

 

Esta estructura productiva demuestra claramente que nuestra economía depende del petróleo, el carbón, el níquel y otros minerales. Contribuye con el 51.6%, del PIB

 

En los últimos tres años, las exportaciones no han llegado a US $45.000 millones, cifra que indica que, a pesar de tener firmado una serie de tratados internacionales (TLC), los resultados no son los mejores para el país.

 

En cambio, las importaciones se han venido incrementando, llegando con plena crisis en el segundo trimestre del 2021 a $67 billones, originando un déficit en cuenta corriente de $25 billones. Un 8.9%, del PIB del segundo trimestre.

 

El Gasto.

 

El crecimiento económico del país, y de casi todos los países del mundo depende de la demanda interna, y principalmente el consumo.

 

Verifiquemos cómo el comportamiento de la economía, desde el punto de vista del gasto, a precios corrientes, ha sido jalonado por la demanda interna, y en especial por el consumo de las familias.

 

El consumo de las familias, en el segundo trimestre del 2021, fue de $205 billones, un 73% del PIB.

El consumo del Gobierno fue de $47 billones, 16.7%, del PIB.

La suma del consumo de las familias y del gobierno, fue del 89.7%.La Inversión contribuye con el 19.2%, $54 billones.

Las exportaciones con el 14.9%, $42 billones y las importaciones con un 23.8%, $67 billones, que hay que restárselo a la sumatoria de las variables consumo+ inversión+ (exportación –importación).

 

Fijémonos cómo, los niveles de consumo son altos.

Del primer semestre al segundo de este año, crece en el 5.1%, mientras que el gasto del Gobierno crece al 2.2%.

Eso demuestra la poca participación del Gobierno para resolver los problemas ocasionados por la pandemia.

A pesar de tener un nivel de desempleo a junio, del 15.7%, con un aumento significativo de los inactivos, el gasto de las familias creció impulsado, en parte, por las remesas que se han incrementado sensiblemente; ese es un dinero que las familias reciben de sus familiares que trabajan en el exterior principalmente Estados Unidos y España.

El aumento del precio internacional del grano de café (US$1.93 lb) y, en menor medida el apoyo del gobierno, han contribuido al aumento del ingreso y el gasto de las familias cafeteras..

No a la Renta Básica

 

Sin embargo, y a pesar de esta evidencia, el Gobierno del presidente Duque, se ha negado a concederles a las familias pobres del país una Renta Básica que beneficiara a 6 millones de familias, unos 22 millones de personas, que constituyen el 42.5% de la población. En cambio, les otorgo a menos de dos millones, un ingreso solidario de $160.000 mensuales. Fue un gobierno mezquino. Y lo sigue siendo.

 

De haberle dado este año, en el segundo trimestre una Renta Básica de un salario mínimo por lo menos a cuatro millones de familias, durante tres meses $850.000 mensuales, los beneficiarios hubieran recibido $10.2 billones, lo que habría contribuido a incrementar el consumo interno, no solo en ese monto, sino en un monto mayor producto de lo que se conoce como “multiplicador de la inversión”. Ese mayor consumo hubiera conllevado a un aumento de la producción y por ende a aumentar el empleo.

El impacto de cuatro millones de familias, adquiriendo bienes y servicios, habría impulsado la economía. Por supuesto que habría podido generar inflación. Pero eso habría sido imputable al comportamiento de un sector productivo incapaz de reaccionar ante esta nueva demanda.

 

Lo que ayudó a que la economía norteamericana creciera en el 2021 y a que en el año 2020 su recesión no fuera tan fuerte, fue la Renta Básica que aprobaron Donald Trump, y Joe Biden, a todas las familias, independientemente de que trabajaran o no trabajaran. Con esa suma de dinero, cada norteamericano salió a adquirir bienes y servicios, a reparar sus casas, a comprar un carro nuevo, o a ingerir licor.

 

Todavía se escuchan voces discordantes en el país que, sin conocimiento de causa dicen: “esa plata se la gastan en ron” cosa que no es cierto y que, de serlo, igualmente estarían consumiendo y dinamizando la economía.

 

El empleo.

 

El país necesita repensarse.

No podemos continuar con un modelo económico dependiente del sector minero, excluyente, con un índice Gini cercano al 0.60, lo que indica una mala distribución de la riqueza, un nive4l de pobreza del 42.5%, y de pobreza extrema del 15.7%, un déficit en cuenta corriente del 8.9%, del PIB, un déficit fiscal d 7.6%, del PIB, y una deuda externa del 60.4%, del PIB, a lo anterior agréguele una alta corrupción.

 

Lo grave, y no se dice, es que a junio del 2021, estamos creciendo al 27.1% pero a julio de este año, el empleo apenas crece al 16.2%.

Los mayores empleadores del país son: Comercio con 4.0 millones de personas, el 19.1%, del total nacional (20.9mill)); sigue la Agricultura con 3.2 millones, aporta el 15.3% del empleo; la Administración Pública con 2.4 millones, el 11.5%; Industria con 2.2 millones, un 10.5%; los Artistas con 1.9 millones de empleos, el 9.1%; los servicios de Alojamiento con 1.5 millones, el 7.2%; los servicios  profesionales de 1.4 millones de empleados,el 6.7%; el Transporte con 1.5 millones, un 7.2%, y la Construcción 1.4 millones, solo el 6.7%

 

De acuerdo a la información publicada por el DANE, para el período julio 2021 vs julio 2020, el empleo en Colombia  se incrementó en 2.9 millones de personas, lo que bajo la tasa de desempleo del 20.2% al 14.3%.

Los sectores que menos empleos nuevos crearon fueron: la industria genero 222.000 empleos nuevos, siguiéndole el Agrícola con 151.000 nuevas plazas y el sector Financiero con 75.000.

Contrariamente a lo que ocurría en el pasado reciente cuando la Construcción era un sector altamente generador de empleo, actualmente solo generó 10.000 empleos nuevos. Las cifras demuestran claramente que el sector minero no genera empleo a pesar de representar el 51.6%, del PIB.

 

Si bien el empleo se incrementó en 2.9 millones de trabajadores de julio 2020 a julio 2021,fue muy bajo el empleo formal. La informalidad a junio del 2021, fue del 48.5%, siendo en Barranquilla el 57.9%.

 

Por otra parte, el empleo generado es de muy baja remuneración, tanto es así, que los llamados obreros, empleados particulares y por cuenta propia son 17.3 millones, el 82.8% de los empleados.

 

De acuerdo a esos datos, las ayudas del Gobierno entregadas a las empresas para que mantuvieran a su personal y para que generaran empleo formal, no están dando resultado.

Eso, tiene su explicación: el empleo no se genera por osmosis o por Decreto. El empleo se genera cuando el aparato productivo se mueve. Y para moverse, deben adoptarse políticas públicas orientadas impulsar uno u otro sector económico, y tiene que entenderse que el problema del país, no es de oferta, sino de demanda. Si eso es así, entonces debe incrementarse el gasto público, entregando una Renta Básica temporal a 6 millones de familias e incrementando la inversión del Gobierno Central y de las Entidades Territoriales.

 

Se le pueden bajar todos los impuestos o cargas laborales a las empresas para que generen empleo, y no lo van a hacer. Nunca lo han hecho. Con estos recursos, ventajas y exenciones, lo único que se logra es que aumenten sus utilidades y que el excedente se invierta en actividades rentísticas, parásitas, especulativas o, lo peor, que salga del país en ese flujo inatajable de fugas de capitales, que ya supera los US$300.000 millones.

 

Razón tiene Mauricio Cabrera, en su artículo Crecimiento sin empleo“, publicado en la Revista Portafolio donde afirma que las empresas no van a contratar más trabajadores para producir y vender lo mismo, tampoco para aumentar la producción.

 

Su análisis lo hace comparando los ocupados en junio de 2019 con los del 2021.

Para entender esta problemática, compararemos los ocupados en julio de 2019, con los de julio del 2021. Su comportamiento en millones de personas fue:

 

2021       2020     2019     2018

Ocupados           20.9        18.0       22.1      22.3

 

De acuerdo a ese cuadro, por la pandemia perdimos 4.1 millones de empleados (2019-2020).

En el 2021, recuperamos 2.9 millones de empleos.

Esto significa que todavía seguimos perdiendo 1.2 millones de  empleos que teníamos en julio del 2019, a pesar de tener un PIB similar de $560 billones.

 

Pero, el Gobierno no entiende esta problemática y sigue, al igual que muchas entidades territoriales, otorgando exenciones tributarias para que las empresas generen empleo o para que se instalen en su territorio. En la nueva reforma, se tiene contemplado pagar el 25%, de la nómina de nuevos empleados.

 

¿Cuánto estimulo se le ha dado al sector de la construcción?, para que genere empleo, y no lo hace.

Se les olvida que el sector se ha tecnificado y hoy necesitan menos mano de obra que antes.

Igual debe estar pasando en los distintos sectores de la economía. La pandemia los forzó a tecnificarse, y a buscar ahorros, para poder subsistir. Muchas lo lograron.  Por eso no hemos recuperado los empleos que teníamos en el año 2019.

 

La otra explicación está en el sector minero, que es el que más aporta al PIB, pero uno de los que menos empleo genera. Su inversión es fuerte en bienes de capital, pero no en la generación de empleo, y nuestra economía gira alrededor de ese sector.

 

Conclusión.

 

El país, tiene que diseñar políticas públicas para impulsar el agro y recuperar la vocación industrial que hemos perdido.

No podemos seguir importando 14 millones de toneladas de alimentos y continuar con un modelo de desarrollo basado en la minería, especialmente el petróleo y el carbón cuya vida económica tiende a desaparecer en poco tiempo, dada la política mundial de controlar el medio ambiente.

Por supuesto que tenemos que diseñar políticas públicas para el sector industrial, preguntándonos en qué somos buenos, y renegociar los TLC, para ampliar la canasta exportadora. Necesitamos un sector industrial con vocación exportadora, tipo Tecnoglass o Procaps.

Para terminar, debo pronosticar que en el tercero y cuarto trimestre no creceremos como crecimos en el segundo, toda vez que la base de comparación es mayor. El PIB del tercer trimestre de 2020, fue de $249.2 billones, y el del cuarto, fue de $281.5 billones, Cifra similar al PIB del segundo trimestre del 2021.

Así, como está concentrada la riqueza en el país, eso mismo se refleja en la participación en el PIB por regiones.

Según datos del 2020, Bogotá representa el 26.1% del PIB, Antioquía el 14.9%, Atlántico el 4.5%, y Bolívar el 3.5%.

¿Se pueden imaginar la participación del resto de la Costa Caribe?

Esa misma concentración se da a nivel local en el Atlántico, Barranquilla aporta el 62.2%, del PIB Departamento.

 

 

Barranquilla, septiembre 2 de 2021

admin

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